31 octubre 2010

El esguince de tobillo; tratamiento(3)

Tratamiento primario: encaminado a proteger la articulación y reducir la inflamación. Es el famoso RICE: Reposo, Ice (hielo), Compresión y Elevación. Son acciones simples y efectivas que se suelen aplicar en todo tipo de esguince, excepto en los graves o en los que se quiere una rápida recuperación.
 -Reposo: es imprescindible para la recuperación, sobre todo en las primeras 24-48 horas. Con el reposo evitaremos empeorar la lesión. En los casos leves o en los días posteriores se suele optar por reposo relativo con una carga parcial (apollar pie levemente utilizando muletas) .

-Hielo: el hielo ejerce una acción antiinflamatoria que reduce el hinchazón. Se debe aplicar durante los primeros dos días, cada 2 horas durante unos 15 minutos. Cuidad con la aplicación directa de hielo, puede ocasionar quemaduras por frío, es conveniente poner un tejido entre medias.

-Compresión: el vendaje compresivo protegerá el ligamento al limitar el movimiento de la articulación y reducirá la inflamación. Suele utilizarse un vendaje elástico evitando compresión excesiva. No es recomendable seguir con el vendaje después de los primeros dos días.

-Elevación: por encima del nivel del corazón y mientra se aplica hielo. Es conveniente realizar la elevación en las primeras horas después de la lesión. Esto reducirá la inflamación.

Tratamiento fisioterápico:
 -Movilización temprana: se aumenta de manera paulatina el rango de movimiento sin llegar al umbral del dolor.

-Baños de contraste: ayuda a disminuir la inflamación junto con la aplicación de hielo.

-Masajes: bien realizados por un profesional son útiles para reducir la inflamación. Este masaje para drenar la articulación suele utilizare junto con otras técnicas como son los ultrasonidos.

-Fortalecimiento muscular: tras el reposo los músculos quedan debilitados. El objetivo es fortalecer los músculos implicados en la articulación lesionada para aumentar la resistencia a futuros movimientos lesivos.

En una fase posterior cuando digamos ya se han “curado” los ligamentos se procede a la estabilización del tobillo y reeducación. En esta fase se incluyen movimiento y ejercicios técnicos que preparan para un retorno progresivo a la actividad normal.

El esguince de tobillo; causas, síntomas y prevención (2)

Causas: normalmente el esguince de tobillo es una lesión que se produce de manera fortuita por un mal movimiento o un accidente a la hora de hacer la pisada en el suelo. La esencia del esguince de tobillo es el estiramiento del ligamento por encima de su límite de elasticidad, lo que provoca su distensión, desgarro o rotura, según la violencia con la que se sobrepase ese límite.
Factores como un calzado inadecuado con suela alta o poco ajustado, terreno irregular, debilidad de los grupos musculares protectores de la articulación o fatiga pueden propiciar la aparición del esguince de tobillo.
Síntomas: suelen ser inconfundibles, el propio movimiento de torcedura de tobillo al lesionarnos y la posterior posición de dolor y protección son los primeros síntomas. A nivel de diagnóstico los síntomas son:
 -Dolor intenso de la articulación con la consecuente limitación funcional, no poder apoyar el pie, andar o no poder hacer ligeros movimientos. A más grave la lesión más dolor e imposibilidad funcional conllevará.

 -Inflamación de la zona afectada: suele ser lo más llamativo de esta lesión. Tal hinchazón no conlleva deformidad o desplazamiento de partes óseas de la articulación, es lo que diferencia el esguince de una luxación o fractura.

 -Aparición de hematomas: es menos frecuente pero se suele dar en los casos en los que se rompe algún vaso sanguíneo. Este hematoma puede desplazarse y extenderse a otras zonas del pie a causa del movimiento de los efluidos de la lesión por el tejido conectivo. Por eso es normal que el primer día el hematoma ocupe sólo la zona lesionada y a los 2-4 días se haya extendido por parte del pie. También el color irá cambiando de morado a tonos más amarillos y verdosos conforme el hematoma vaya desapareciendo.

-Calor local: la zona lesionada está caliente como consecuencia de la inflamación y la mayor afluencia de sangre a la zona.

-Alteración de la sensibilidad localizada en la zona del ligamento lesionado.

Prevención: sin duda el mejor tratamiento para una lesión es la prevención, y en el caso del esguince de tobillo hay dos factores fundamentales para la prevención:
         -Un buen calentamiento: que incluya movilización de la zona y ligeros estiramientos para   dar algo de laxitud al ligamento y desentumecerlo antes de realizar práctica deportiva. Recuerda que el calentamiento debe ser progresivo en intensidad y dificultad.

   -Propiocepción: los propioceptores son receptores sensoriales situados en las articulaciones que nos dan información sobre la posición y velocidad de movimiento de dicha articulación. El entrenamiento propioceptivo permite dotar a nuestro organismo de información sobre cambios de posición y cambios bioquímicos a nivel muscular, lo que desarrolla mecanismos de defensa frente a lesiones (reflejos musculares que protegen la elongación excesiva de los ligamentos).

Si ya has sufrido el esguince otros métodos para prevenir y evitar que se reproduzca la lesión son el uso de una ortesis adecuada por el tobillo (esto es cuestión de tu médico o fisioterapeuta), un buen taping o vendaje funcional.

El esguince de tobillo;qué es y tipos según gravedad (1)





   ¿Qué deportista que se precie no ha sufrido alguna vez un esguince? El esguince es la lesión más frecuente en el mundo del deporte, y cuando hablamos de esguince no sólo nos referimos al de tobillo, sino también de muñeca, rodilla y en general cualquier articulación que vea implicada un daño en sus ligamentos. En este caso nos centraremos en el de tobillo, que suele ser el más usual.
El esguince es un daño estructural parcial de un ligamento que no llega a romperse. Las causas de ese daño suelen ser varias, pero la más frecuente es sobrepasar el límite de movimiento articular, lo que hace tensar en exceso ese ligamento, desgarrándolo o distendiéndolo más de lo normal.
Según la gravedad de la lesión del ligamento hay varios tipos de esguinces, que conllevarán una disminución funcional mayor o menos de la articulación afectada:


Esguince de Grado I: se producen por el sobreestiramiento del ligamento, lo que provoca una ligera hinchazón. No hay laxitud articular asociada. El ligamento sólo sufre una distención y si se llegara a producir desgarro no afecta a más del 5% del ligamento. El tiempo de recuperación es corto, dependiendo de la actividad de la persona afectada, pero suele oscilar entre 10-20 días.

Esguince de Grado II: en este grado el ligamento ya sufre desgarro o ruptura parcial. La hinchazón en la zona es instantánea y dolorosa al tacto, y pueden afectarse también estructuras anejas como la cápsula articular, lo que desemboca en derrame y amoratado de la zona. La inestabilidad articular es leve, pero se ve afectada. El tiempo de recuperación es lógicamente mayor y suele oscilar de 20 a 40 días, ya que la cantidad de tejido afectado es mayor.


Esguince de grado III: aqui se encuandran las lesiones más graves de los ligamentos, las roturas. Si en este grado se considera diagnóstico de esguince va a ser por el no tratamiento quirúrgico. El dolor es muy intenso y la laxitud articular manifiesta. Debido al tiempo de cicatrización del ligamento el tiempo para recuperarse de este tipo de esguinces es de unas 8 semanas (50-60 días).






¿Qué es el ácido láctico y por qué nos produce fatiga?

Lejos quedaron los tiempos en los que se pensaba que las agujetas eran por culpa del ácido láctico. No obstante, esta sustancia resultante del metabolismo del azúcar es la responsable en gran parte de que en una sesión de ejercicio empecemos a acumular fatiga y acabemos por retirarnos.
El ácido láctico proviene de la descomposición de glucosa cuando no hay presente oxígeno (metabolismo glucolítico), es decir, en un ejercicio anaeróbico como sería el levantar pesas o correr a velocidad elevada, donde hay mucha intensidad y poca duración. En condiciones normales ese ácido láctico y cuando estamos entrenados se reutiliza y no hay mayor problema.
Pero cuando seguimos con intensidad un ejercicio, el ácido láctico comenzará a acumularse al no darle tiempo al organismo a retirarlo. Esto provoca la acidificación de fibras musculares, que tiene dos consecuencias importantes:
  • Se inhiben las enzimas encargadas de romper la molécula de glucosa para obtener energía, por lo que se nos corta el riego energético de esta vía y como sabemos, si no hay energía, no hay movimiento.
  • Se impide que el calcio se una a las fibras musculares y consecuentemente se de la contracción.
Por tanto, cuando hay mucho ácido láctico en el cuerpo, no tenemos ni energía ni capacidad para contraer los músculos, esto no es otra cosa que fatiga y lo mejor que podemos hacer es parar el ejercicio o actividad.
¿Cómo podemos evitar el ácido láctico? con entrenamiento, no hay más. A base de entrenar, el organismo despliega mecanismo adaptativos que hace que el ácido láctico no se acumule tan rápidamente y si comienza a hacerlo, el músculo lo soporte de forma más efectiva.